El llamativo color naranja de sus flores la hace inconfundible, La caléndula es una planta muy común en los jardines y macetas, que se asilvestra y puede crecer en las cercanías de los pueblos. Además de su uso decorativo, se ha utilizado mucho en preparaciones por sus propiedades medicinales. Antiséptica, cicatrizante, antibacteriana, antinflamatoria… son algunas de las propiedades que han hecho que cada vez sea más común encontrarla en productos cosméticos y medicinas naturales.

           Fotografía de tradiciónsilvestre.

Es una planta originaria del sur de Europa cuyas propiedades medicinales nos ofrecen un sinfín de beneficios para nuestro cuerpo. Su uso se ha extendido, sobre todo, para tratar problemas de la piel, como dermatitis, eccemas, irritación o quemaduras.

Posee propiedades antisépticas y cicatrizantes, la caléndula favorece la rápida regeneración de la piel dañada, potencia la síntesis de glucoproteínas y colágeno, esencial para sanar y cicatrizar las heridas de la piel rápidamente.

Es un antibacteriana y antiviral, con lo cual puede actuar como antibiótico natural para combatir afecciones simples como el herpes labial. Gracias a estas propiedades, también se utiliza para tratar otros problemas de la piel de carácter bacteriano como el acné.

Además de las anteriores, a esta planta también se le asignan propiedades calmantes, suavizantes, emolientes y analgésicas, por lo que es perfecta para aliviar las irritaciones de la piel tanto de adultos y niños como en los bebés. De hecho, muchos de los productos limpiadores y cremas hidratantes para bebés llevan en sus componentes una base de caléndula. En estos casos, la mejor opción es el aceite de esta planta.

También posee propiedades antiinflamatorias, la infusión de caléndula ha sido utilizada desde la antigüedad para tratar las diferentes infecciones de garganta y boca, entre las que destacan la gingivitis. Asimismo, tanto por sus propiedades calmantes como por las antiinflamatorias, su infusión es un remedio natural excelente para los dolores menstruales y es un remedio natural ideal para combatir los tan usuales retortijones y dolores estomacales y ayudar a digerir mejor los alimentos de una comida o cena pesada.

Para preparar la maceración de flor de caléndula hemos seguido los siguientes pasos:

Se recogen las cabezuelas florales suficientes para rellenar el recipiente que vayamos a utilizar. El periodo de floración de la caléndula suele ser bastante largo y desde el inicio de la primavera hasta casi final del verano podemos encontrar flores.

Las flores se limpian bien, para evitar insectos y suciedad.

 

Fotografía de tradiciónsilvestre.

Rellenamos el recipiente con las flores y completamos con el aceite. Es recomendable un aceite de calidad, de primera presión en frío. Puede ser de oliva, de almendra, de semillas…

El recipiente cerrado se deja macerar durante 40 días por lo menos en un sitio oscuro, volteándolo de vez en cuando.

Después de ese periodo el aceite se filtra con una tela limpia, y ya se puede aplicar directamente o utilizarlo como base para otras preparaciones.

Fotografía de tradiciónsilvestre.