Nuestro aroma nos viste, nos define. Como el paisaje de fondo de una acuarela nuestras notas aromáticas nos enmarcan y nos describen. La manera en que las notas de un perfume se funden en nuestra piel es única. Cada piel tiene una voz diferente y se expresa de una manera única. Nuestro instinto más primitivo estoy segura que dice más de nosotros que nuestras palabras. El hombre antes de desarrollar el lenguaje ya vivía rodeado de aromas y confiaba en ellos para su supervivencia. Unos olores nos gustan y otros nos desagradan, ciertos aromas nos atraen y otros nos provocan incluso rechazo.
¿ Cómo habla de ti tu perfume? es una pregunta que llevo planteándome desde hace tiempo. Las opciones aromáticas de cada persona dibujan su personalidad. Igual que nuestra cara es el espejo del alma y nuestra manera de movernos y vestirnos abren una ventana a nuestra personalidad, los aromas que nos arropan, nuestros perfumes, también hablan de nosotros mismos sólo que de una manera mucho más sutil y embriagadora. Y es que la personalidad y las fragancias están íntimamente conectadas: a cada personalidad le favorecen unos matices determinados. El aroma que desprendemos también influye en nuestra autoconfianza, en cómo nos presentamos a los demás y en la huella que dejamos al irnos, nuestra estela vital.

En un intento de mirar a mi alrededor y definir los colores de esa gran acuarela de personalidades me aventuro a dar unas pequeñas pinceladas a esto bonito lienzo de aromas.

Quiero comenzar con las personalidades «cítricas» (notas de bergamota, mandarina, limón, nerolí), yo diría espontáneas, quizás ligeramente bohemias que eligen las notas ligeras para atardeceres cálidos. Son personas prácticas y aventureras, puede que quizás también espontáneas. Las notas cítricas son ácidas, ligeras, rápidas, nuestra primera percepción aromática. Intuyo que pueden ser de elección para personas abiertas, divertidas o por ejemplo deportistas sobre todo conbinados con otros acordes frescos, quizás mentolados y verdes.
Qué decir de los aromas florales en todos sus grados; siempre delicados y románticos. Denotan fragilidad y ligereza. Las flores y sus aromas visten nuestras primaveras. Perfumes delicados y sutiles para personalidades tranquilas y sosegadas, reflexivas. Sin embargo la variedad floral da para mucho más. Igual que podemos encontrar distintos tonos de azules para nuestra acuarela o de rojos, las flores hablan muchos idiomas, nos abren un amplio abanico de personalidades. Las flores más exóticas como peonias o lichis nos sugieren personalidades bohemias y cosmopolitas. Otras son eternamente clásicas como la rosa silvestre y otras nostálgicas de aires vintage como los jazmínes y las gardenias. La lavanda paso a la historia por introducir el «aroma a limpio» en Europa, abriendo la puerta al culto a la higiene tanto en las cortes europeas y poco a poco a todas las clases sociales. Al espliego le debemos un profundo respeto, sus notas siempre silvestre , siempre limpias tranquilizan y relajan.
En otras personas apercibimos toques «dulces» empalagosos capaces de trasladarnos a la infancia; con un cierto toque gourmet. Caramelo, vainilla, canela: Personalidades muy románticas y con mucha sensibilidad, hogareñas, invernales. Ideales para personas cálidas, hogareñas, sentimentales y sensatas.
Otros somos balsámicos y especiados. Un sumatorio de resinas (ámbar,almizcle) combinados con especias exóticas y no tan exóticas como la pimienta o el clavo. Personalidades profundas, densas como este tipo de notas, nada volátiles. Discretamente intrigantes. Nos hablan de personas introvertidas pero sugerentes, de amplia imaginación y una misteriosa vida interior. En este grupo enmarcaríamos fragancias intensas, nocturnas, seductoras y aterciopeladas. Algo tan simple como la almendra y el coco combinados nos dibujan fragancias muy empolvadas. El haba tonka, el Ylang Ylang o el vetiver son discretos actores de una obra de misterio y seducción.
Este último grupo casa muy bien con los acordes amaderados. Notas de corazón y fondo, pesadas, de marcada personalidad. Nos hablan en un tono firme y clásico, opulento y lujoso. Sumergirse en el universo de las maderas es como aprender a bailar. Saben bailar con muchos tipos de notas y combinadas con maestría dan perfectas baladas aromáticas. Son mis notas preferidas de base para perfumes masculinos.
Para terminar se me ocurren las preferencias silvestres, en honor a nuestra propia causa «Tradicionsilvestre». Flores silvestres como la lavanda, el geranio o la magnolia para personas sencillas y naturales. Conformistas y meditativas. De profundas convicciones y conciencia con la naturaleza. Respetuosas y amables,
Lo mejor de los paisajes es la variedad de colores y como combinados en un perfecto equilibrio nos sumergen en ellos. Juguemos a con las notas aromáticas a encontrarnos, a casarlas a nuestra manera. No creo que exista un perfume que nos defina para toda la vida. La vida es una suma de instantes y de experiencias. En cada momento vital puede que nos acompañe una fragancia determinada. ¿Es posible mirar al pasado a través de un perfume y darte cuente de que te como te acompañaba en aquel momento?.