Hoy quería determe un segundo para hablaros de un tema que como farmacéutica y amante de las plantas medicinales me trae de cabeza; y es que cuando hablamos de plantas medicinales existe la creencia de que por ser un producto natural es inocuo y quería hacer incapié en que para nada esto es cierto.

Al igual que ocurre con los medicamentos de síntesis, existen multitud de riesgos asociados al consumo de plantas medicinales como reacciones adversas, ineficacia terapéutica, interacciones si se toma con otros fármacos e incluso casos de dopaje. Su consumo siempre debe ser supervisado por un profesional de la salud.

Debemos de tener mucho cuidado cuando recolectamos plantas medicinales. Conocer muy bien las diferentes especies y aprender a distinguirlas requiere de años de estudio y experiencia. A veces hay especies muy parecidas y con propiedades totalmente diferentes, al mismo tiempo no todas las partes de la planta son igualmente eficaces, a veces el principio activo sólo está presente en una parte de la planta o en mayor medida, otras veces una parte de la planta puede ser medicinal y otra tóxica. Debemos de tener una muy buena base de conocimiento antes de aventurarnos a tratar las diferentes patologías con plantas medicinales. Esto es especialmente importante en las administraciones orales, sin menospreciar las externas.

Hay situaciones que son especialmente delicadas como pueden ser el embarazo o la lactancia, los pacientes con hipertensión arterial o dolencias cardiacas, así como polimedicados en los que es importante que la administración de preparados a base de plantas medicinales concomitante a otro tipo de fármacos esté supervisada por médicos y farmacéuticos o especialistas de la salud. Ni que decir el cuidado que debe teberse en niños o pacientes inmunodepremidos entre otros.

Hoy en día gracias a una estricta legislación podemos asegurar la eficacia y seguridad de los preparados a base de plantas medicinales. Numerosos estudios avalan las dosis eficaces, los rangos terapéuticos y garantizan la presencia de los principios activos y la calidad de los extractos y productos. Siempre debemos acudir a establecimientos que cumplan con estos criterios como pueden ser farmacias o herbolarios homologados.