Componentes activos de las plantas medicinales.

Si hablamos de plantas medicinales los principios activos suelen ser metabolitos secundarios que no son necesariamente los implicados en el desarrollo de planta, por lo que hablamos de bajas concentraciones.

Aunque no conozcamos los usos concretos de las plantas medicinales si nos fijamos en que componentes abundan en ellas y sabemos cuales son las principales propiedades medicinales de estas compuestos, podremos intuir para que serán útiles. Entre los principales componentes activos de.las plantas encontraremos:

Los mucílagos son sustancias de consistencia gelatinosa que contienen hidratos de carbono y se hinchan con el agua proporcionando un líquido viscoso; esto les confiere la virtud de lubricar y proteger las mucosas -reducen las irritaciones; son útiles contra las inflamaciones de las mucosas respiratorias, bucal y de garganta. Protegen las membranas y mucosas del estómago y ayudan a regula el tránsito intestinal, ayudando con el estreñimiento. Son buenos saciantes ya que cuando el mucilago entra en contacto con el agua, aumenta su volumen. Parecen ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en diabéticos y a regular el colesterol. Tienen buenas propiedades hidratantes y protectoras de la piel, siendo un buen protector sobre heridas, quemaduras o cortes. Dentro de las plantas medicinales que contienen mucílagos se encuentran la malva, el malvavisco, las semillas de lino, el llantén , la salvia, entre otras

Taninos: son compestos fenólicos de sabor áspero y amargo presentes en casi todas las plantas, especialmente en las cortezas. Para la extracción de los taninos se utiliza una mezcla de agua y alcohol, o simplemente agua; posteriormente se decanta y evapora a baja temperatura para obtener el producto final. Los taninos son astringentes – tienen la capacidad de coagular las albúminas de las mucosas y de los tejidos creando una capa seca, aislante y protectora que reduce la irritación y el dolor sobre la piel. Se usan como cicatrizantes y hemostáticos, sobre todo externamente en decocciones para detener pequeñas hemorragias locales; en inflamaciones de la cavidad bucal, catarros, bronquitis, quemaduras, hemorroides, etc. Internamente, son útiles como antidiarréicos en diarreas leves, enfriamiento intestinal y afecciones vesiculares, aunque pueden producir alguna intolerancia en personas con estómago delicado.  Se usan en lociones tónicas específicas de piel grasa y en cuperosis. Los taninos se encuentran en gran cantidad de árboles, siendo las agallas de roble y la corteza de zumaque las mejores materias para su obtención. También se utilizan las hojas del aliso, nogal, frambueso, fresal y zarza; frutos y hojas del arándano; sumidades de agrimonia; raíz de tormentila, bistorta y pimpinela, entre otros.

Alcaloides: Se han registrado unos 3000 alcaloides; abundan en hongos, en gimnospermas y, sobre todo, en angiospermas de las familias de las liliáceas, amarilidáceas, rutiáceas, papaveráceas y solanáceas. Los primeros alcaloides se extrajeron de la adormidera (Papaver somniferum) a principios del siglo XIX . Pueden ser usados como analgésicos, anestésicos, o psicotrópicos. Actúan sobre el SNC y tienen un gran poder adictivo y excitante. Se utilizan en terapéutica como estimulantes cardíacos y cerebrales; al aumentar la dosis disminuye la actividad motora provocando sueño (acción narcótica). Si la dosis sigue aumentándose puede provocarse un estado de inconsciencia. Su ingesta produce dependencia. Algunos son de alta toxicidad, como la atropina. Entre los alcaloides más importantes se encuentran la cafeína, la cocaína, la heroína, la morfina, la nicotina y la quinina. La coniína, que se obtiene de las semillas de la cicuta (Conium maculatum), la atropina, que se extrae de la belladona (Atropa beladona), utilizada en oftalmología; la morfina, obtenida de la adormidera (fuerte calmante); la colquicina del azafrán silvestre, eficaz contra los ataques de gota; la vincamina, de la vincapervinca, que mejora espectacularmente la circulación sanguínea; o la reserpina, de la rauwolfia, que es un excelente hipotensor y adecuado equilibrante del sistema nervioso. Hay que destacar que existen numerosas plantas medicinales que contienen alcaloides, pero que se pueden consumir con total seguridad, ya que sus principios activos se encuentran en proporciones o porcentajes inocuos para el organismo, incluso consumiéndolas en grandes cantidades; es el caso de la avena, el regaliz o el boldo.

Los glucósidos o heterósidos son compuestos que están formadas por 2 partes: una es un azúcar y la otra de no-azúcar o aglicona o genina. Los glucósidos son clasificados de acuerdo a las características estructurales de la parte no-azúcar: 

Glucósidos saponínicos: (saponósidos o saponinas) en contacto con el agua producen una espuma debido a que disminuyen la tensión superficial del agua – son tensioactivos naturales. Las hay de dos tipos, las triterpénicas y las esteroídicas. Las primeras actúan a nivel expectorante y ayudan a absorber nutrientes, mientras que las segundas ejercen una fuerte acción hormonal.

Los saponósidos triterpénicos, como hemos apuntado, se utilizan preferentemente como expectorantes, diuréticas y venotropas. Algunas plantas que contienen saponinas triterpénicas son : Raíces y estolones del regaliz (Glycyrrhiza glabra) – glicirricina / Hojas y raíces de saponaria (Saponaria officinalis) – gipsogenina / semillas de castaño de Indias (Aesculus hippocastanum)-escina / Hojas de hiedra (Hedera helix)- hederacósido/ Raíz de ginseng (Panax ginseng)- gingenósidos /Raíz de eleuterococo (Eleutherococcus senticosus) – eleuterósidos.

Por otro lado, encontramos los saponósidos esteroídicos que se utilizan por sus acciones farmacológicas concretas. Es el caso del rizoma de rusco (Ruscus aculeatus), con ruscogenina y el rizoma de zarzaparrilla (Smilax sp.) que contiene sarsapogenina

Glucósidos Flavonoides: la genina de los glucósidos flavonoides esta formada por la flavona y sus derivados con acción venotónica (actividad sobre el sistema vascular con acción vitamínica) y su efecto antioxidante (quelan metales, impidiendo las reacciones catalizadoras de los radicales libres). Resultan útiles para mantener el riego sanguíneo y como antiinflamatorios, se emplean principalmente en casos de fragilidad capilar como venotónicos; también se utilizan metrorragias y retinopatías. Los flavonoides se clasifican a partir de sus variaciones estructurales en flavonas, flavonoles, flavanonas y sus correspondientes heterósidos.

Las flavonas son compuestos derivados de la benzo-pirona. Algunas drogas cuyo efecto terapéutico está relacionado a su contenido en flavonas son la tila (Tilia cordata) y la pasiflora (Passiflora incarnata), que entre otros principios activos contienen hesperidina.

Los flavonoles más destacables son el rutósido o rutina que forma parte de numerosas especialidades vasoprotectoras y venotónicas, y se puede obtener a partir de diferentes drogas como las hojas del trigo sarraceno (Fagopyrum esculentum), y de las hojas de algunas especies de eucalipto (Eucalyptus macrorrhyncha) y la silimarina del cardo mariano (Silybum marianum).

Algunos de los compuestos del grupo de las flavanonas más importantes son el liquiritósido e isoliquiritósido, que se encuentran en las raíces y rizomas del regaliz (Glycyrrhiza glabra), y los denominados citroflavonoides, que proceden del pericarpo de diversos cítricos (Citrus sp.)

Por último, los isoflavonoides, considerados fitoestrógenos, ya que han demostrado tener un efecto estrogénico similar al de las isoflavonas y el estradio- útiles en el tratamiento de los síntomas de la menopausia.

Glucósidos antocianínicosantocianinas – son los pigmentos azules, rojos, violetas. Poseen acción antiséptica, antiinflamatoria y protectora del cabello. Algunas plantas ricas en antocianinas son: aciano, arándano, malva, salicaria, violeta y rosal.

Glucósidos cianogenéticos – las geninas de los glucósidos cianogenéticos son sustancias muy tóxicas. Está formado por un compuesto cianhídrico que cuando se descompone por la acción enzimática (masticación) libera ácido cianhídrico – un potente veneno que a dosis altas puede dar lugar a intoxicaciones. Algunas plantas ricas en cianogenéticos son: las almendras amargas, flor del saúco negro, flor del endrino, hojas del cerezo, hojas del guindo, semillas de las ciruelas, y otras especies pertenecientes a las rosáceas.

Glucósidos antraquinónicos – estos glucósidos se activan mediante las enzimas que producen las bacterias intestinales. A las pocas horas de su absorción desarrollan en el intestino grueso una acción laxante o purgante (según la dosis) estimulando los movimientos peristálticos del intestino e inhibiendo la absorción de agua, por lo que las heces progresan más fácilmente y resultan menos deshidratadas. Este glucósido también posee acción digestiva, colerética y colagoga (favorece la digestión, así como la producción y evacuación de la bilis). Un ejemplo de plantas ricas en glucósidos antraquinónicos son: aloe, rubia, sen, rizoma del ruibarbo y corteza de la cambronera.

Glucósidos fenólicos – sustancias aromáticas, liberan hidroquinona, una sustancia altamente eficaz como antiséptico y antiinflamatorio del aparato urinario. Algunas plantas con alto contenido en este glucósido son: los derivados salicílicos,la corteza del sauce, las yemas del álamo, del arándano, del brezo, o la importante metilarburina contenida en las hojas de la gayuba.

Glucósidos cumarínicos –  lactónicos – son compuestos formados por la fusión de la pirona y el benceno con el típico olor a heno que desprenden las plantas herbáceas. Poseen propiedades antiespasmódicas (biznaga), antibióticas (bardana), tónicovenosas (meliloto, rusco y castaño de Indias), y anticoagulantes (como el dicumarol o vitamina K, derivado de la cumarina). Una sustancia cumarínica muy importante es la esculina, utilizada en tratamientos del sistema venoso; también forma parte de preparados en usos externos de la piel, tales como varices, edemas y hemorroides.

Glucósidos cardiotónicos – son tónicos cardiacos capaces de aumentar la fuerza contráctil del corazón y regular su ritmo a dosis muy pequeñas. Deben administrarse siempre bajo control faculativo y ajustarse la dosis adecuadamente. Se dividen en cardenólidos (la más importante la digital, también adonis, lirio de los valles) y butadienoles (raíz del eléboro).

Glucósidos sulfuradostioglucósidos, contienen sustancias azufradas, de bastante volatilidad (forman esencias). La trituración o masticación libera su genina azufrada activa. Presentan propiedades antibióticas (ejemplo del ajo y la capuchina), coleréticas y colagogas (para las afecciones del hígado, como el rábano rusticano), balsámicas (como la cebolla), rubefacientes (como la mostaza), y antirreumáticas (como el ajo y la mostaza).

Principios amargos pueden presentarse puros o acompañados de sustancias aromáticas o picantes – acción tónica – estimulan la secreción de jugos gástricos, y son útiles en casos de falta de apetito, malas digestiones y debilidad.

Vitaminas: presentes en mayor o menor concentración. Provitamina A (carotenos), vitaminas del grupo B, B12, C, E y P.

Minerales: Muchas plantas son ricas en minerales y por tanto son importantes suplementos reconstituyentes. Por ejemplo borraja y la pulmonaria destacan por su contenido en calcio, como la ortiga que además contiene hierro y potasio. Este último mineral está igualmente presente en el diente de león, el ajenjo y la alcachofera. En la cola de caballo abunda el sílice.

Ácidos orgánicos: salicílico (antinflamatorio, analgésico y antipirético- ulmaria, sauce/ oxálico (hojas verdes- ruibarbo, acedera) / ac. cítrico, málico y tartárico (frutos- limpian la cabidad bucal y son aperitivos, laxantes y diuréticos)

Ácidos grasos: tienen propiedades emolientes, laxantes e hipolipemiantes, ayudan a reducir el colesterol sanguíneos: ac. oleico (aceite de oliva- ayuda a regular el colesterol)/ ácidos grasos linoleico y linolénico (aguacate, girsol, nuez).

Esencias – aceites esenciales constituidos por terpenos mayoritariamente, obtenidos nornalmente por destilación. Son principios activos muy concentrados que no suelen administrarse puros (timol del tomillo, cinel del euvalipto, mentol de la menta o limoneno del limonero y el naranjo) y resinas – se obtienen de forma natural por incisión en el tallo de diversas plantas como por ejemplo el abeto o el pino. Suelen tener propiedades rubefacientes y antirreumáticas.

Los principios activos de las plantas medicinales no se distribuyen de forma uniforme por toda la planta, sino que se acumulan en ciertas partes, como las flores, hojas, raíces o semillas. La cantidad de principios activos tampoco es siempre la misma. Puede variar en función del hábitat, de la época de recolección o del modo de preparación. 

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