El aro. Toxicidad.

El aro – suge-jana (Arum maculatum) es una planta rizomatosa perteneciente a la familia de las aráceas, de exótico aspecto que se desarrolla en ambientes húmedos y boscosos. No alcanza grandes alturas (no más de 0,5 m), medio rastrera, con hojas grandes con forma de punta de flecha que pueden llegar a recordar a las hojas de la espinaca. Las hojas pueden llegar a ser irritantes para la piel por su alto contenido en cristales de oxalato cálcico y otros compuestos cianogénicos. Sus llamativas bayas (tóxicas si se ingieren), se muestran como un pequeño racimo levantado por un tallo floral desnudo.

El aro contiene una saponina llamada aroína que es tóxica y vesicante (produce ampollas). Toda la planta es venenosa, a dosis bajas puede producir vómitos y diarreas y a dosis altas incluso inducir el coma o la muerte. El rizoma se ha llegado a consumir después de muchas cocciones (al cocerlo se destruyen las toxinas). El aro se ha incluido en preparados homeopáticos varios para tratar afonías y catarros nasofaríngeos. Tradicionalmente se utilizó para eliminar lombrices intestinales, pero una vez descubierta su toxicidad, su uso ha sido descartado por completo.

Desde el 2004 forma parte de la lista de plantas cuya venta al público queda prohibida o restringida por razón de toxicidad.

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