El roble- haritza (Quercus robur) es un árbol caducifolio que puede alcanzar hasta 40 m de altura, con la copa muy frondosa. La corteza se presenta inicialmente de color grisáceo-blanquecino y lisa, volviéndose con el tiempo gruesa, pardusca y agrietada. Las hojas son fáciles de reconocer por sus bordes ondulados, de color verde oscuro por el haz y verde claro en el envés. Los frutos – las bellotas maduran entre septiembre y octubre del mismo año de la floración y se desprenden en octubre y noviembre, su sabor es como el de las almendras, pero más amargo. Antiguamente las bellotas se utilizaban para hacer harina, pan, galletas o papillas y también para consumirlas tostadas o crudas – contienen muchas calorías, azúcares, algo de grasa, un 50% de fécula, importantes cantidades de vitamina C y caroteno; hoy en día, se utilizan como excelente pienso para el cerdo y para grandes y pequeños rumiantes. La madera de roble ha sido en todo tiempo muy apreciada por su dureza para la construcción y para la industria y la corteza, por su contenido en taninos, se ha empleado como curtiente de pieles. Los robles se distribuyen principalmente por regiones templadas del hemisferio norte, suelen formar bosques de gran riqueza biológica.
El roble es el árbol sagrado celta por excelencia. Para los celtas, el roble reunía la fuerza y la sabiduría, siendo el árbol real y el punto central de sus ritos; de su nombre gaélico Druir, deriva la palabra Druida. El origen del vocablo quercus es celta y significa ‘árbol hermoso’ y robur, empleado por los romanos hacía alusión a su fortaleza.

La corteza desecada de ramas jóvenes de Quercus robur contiene abundantes taninos (8-20%), tanto condensados (proantocianidinas) como hidrolizables, principalmente elagitaninos (castalagina, roburina E, grandinina) y galotaninos. Los preparados de corteza de roble se administran tanto por vía tópica (polvo) como por vía interna en formas líquidas (decocción). Generalmente, el polvo de la corteza de roble se reserva para uso externo, pues puede resultar irritante a nivel intestinal. Debido a la presencia de taninos, la corteza posee acción astringente, hemostática y antiinflamatoria y se emplea como astringente, tónico, febrífugo, antiséptico y vulnerario. Los extractos de roble tambíén han demostrado actividad antibacteriana.
Muy utilizado externamente en forma de compresas y baños en el tratamiento de afecciones leves de la piel (hemorroides, heridas, sabañones, eczemas) o de la mucosa oral (llagas, gingivitis). También se emplea algunas veces, a pequeñas dosis, por vía interna, como antidiarreico (diarreas leves).
