La salvia. Propiedades medicinales.

La salvia – zauri-belar – Salvia officinalis es un arbusto de raíz leñosa, pardusca y fibrosa. Sus hojas son opuestas, pecioladas, ovales y rugosas; persistentes en invierno gracias a un revestimiento de pelos lanudos que las protege; son de color gris verdoso y un olor muy intenso. Sus flores de color azul rosado o lila, se agrupan  en la base de las hojas superiores formando una especie de espiga y florecen en primavera – verano. La salvia crece en zonas calurosas y áridas, es muy abundante en toda la zona mediterránea. El nombre salvia proviene del latín salvere (ser salvado) debido a sus cualidades curativas, que son conocidas desde la antigüedad y gozan de la consideración de panacea. La salvia fue empleada por egipcios, griegos y romanos en el tratamiento de ulceraciones y Plinio el Viejo le adjudicaba un efecto beneficioso para incrementar la memoria y en forma de decocciones o vinos para el tratamiento de afecciones de la cavidad bucofaríngea.

La hoja de salvia posee acción antibacteriana y antifúngica, debida principalmente al aceite esencial (cetonas monoterpénicas bicíclicas: α-tuyona, y en menor proporción, ß-tuyona, alcanfor, 1,8-cineol y borneol libre y esterificado) y acción antiviral debida, en parte, a los diterpenos. La hoja de salvia se emplea para la preparación de infusiones y extractos acuosos e hidroalcohólicos utilizados en forma de gargarismos, colutorios y otras aplicaciones tópicas.

La presencia de un elevado número de compuestos terpénicos le confiere una importante actividad antiséptica y antinflamatoria. Las propiedades antibacterianas de la salvia, debidas a la presencia de terpenoides, han sido ampliamente descritas. Según la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y ESCOP, la droga está indicada en el tratamiento sintomático de inflamaciones de la cavidad bucal y la garganta, tales como estomatitis, gingivitis y faringitis en forma de gargarismos. Se recomienda asimismo su uso para aliviar dolencias musculares, reúma o artritis y, gracias a sus propiedades antisépticas, se puede utilizar para heridas y úlceras, favoreciendo su cicatrización y evitando las infecciones.

La EMA también contempla las hojas de salvia en infusión para el tratamiento sintomático de trastornos digestivos leves como la acidez estomacal, hinchazón abdominal, digestiones pesadas y flatulencias. También ayuda a calmar los dolores estomacales de la gastritis o hernias de hiato

A la salvia se le atribuyen propiedades termorreguladoras , se le considera un antihidrótico frente a la hipersudoración psicosomática; por tanto, es recomendable para mujeres en periodos de menopausia y que sufran de sofocos y sudoración excesiva.

Algunas especies de salvias se emplean como aromatizantes en perfumería y cosmética. Además, ha sido utilizada desde la antigüedad como especia. Sin embargo, su uso en alimentación está limitado por la presencia de tuyonas con efectos neurotóxicos, hepatotóxicos, convulsivantes y espasmódicos. Esta planta medicinal nunca se debe utilizar durante períodos largos de tiempo y siempre se deben emplear productos estandarizados con cantidades controladas de principios activos; tampoco deben utilizarse durante el embarazo ni en períodos de lactancia. Curiosamente la composición del aceite esencial de la salvia varía estacionalmente – el porcentaje de alcanfor y tuyonas convulsivantes es mayor en invierno, por lo que conviene emplear plantas recolectadas durante la primavera.

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