La adelfa -Epriotz-orri (Nerium oleander) es considerada «la planta más venenosa del mundo»- también conocida como laurel de campo, laurel de jardín, laurel de flor, rosa laurel, adelfa, trinitaria y en algunos casos como laurel romano. La adelfa es una planta de porte arbustivo, de floración aromática y de rápido crecimiento, que apenas necesita agua para su mantenimiento, y que se ha empleado muchísimo como ornamental en nuestro país para poblar las medianas de las carreteras, parques, paseos e incluso colegios a pesar de su elevada toxicidad. Sus flores son grandes y vistosas, con cinco pétalos, de simetría girada y unidos por la base. Ya en época romana el médico Dioscórides la describía como una planta cuyas hojas y flores resultaban ser un veneno mortífero para los perros, los mulos y muchos animales cuadrúpedos. Como curiosidad histórica en el transcurso de la Guerra de la Independencia Española cuenta la leyenda que las tropas francesas se envenenaron al comer carne ensartada en ramas de adelfa.

La adelfa es considerada «la planta más venenosa del mundo”. Ocupa el primer puesto debido a que la totalidad de la planta contiene potentes toxinas. La adelfa es extremadamente tóxica para animales y humanos. Debido al estrecho margen terapéutico, el uso de las hojas o la ingesta accidental puede resultar fatal. Los principios activos se encuentran localizados en todas las partes de planta (flores, ramas, semillas, savia, raíces), y principalmente en hojas. Las diferentes partes tóxicas presentan similar toxicidad tanto frescas como secas. Contiene hasta 5 glucósidos cardíacos (oleandrina, rosagenina, nerina, folinerina). La oleandrina y la nerina resultan ser los de mayor toxicidad. La estructura de ambos principios activos es muy similar farmacológicamente a los heterósidos digitálicos como la digoxina (cardiotónico ampliamente utilizado en las insuficiencias cardiacas). Entre las cuatro y las doce horas después de la ingesta de adelfas aparecen vómitos, diarrea, que puede estar acompañada de sangre, alteraciones del ritmo cardiaco y sensación de vértigo. En los casos más severos la sintomatología termina en parada cardiorrespiratoria.
También es peligroso utilizar la madera de adelfa como leña, para encender el fuego o cocinar, ya que también sus humos son perjudiciales para la salud.
Se piensa que las adelfas más tóxicas son las que tienen flores rojas.

En el 2004 entro en vigor la ley (ORDEN SCO/190/2004, de 28 de enero) que recoge una lista de 197 especies cuya venta al público queda prohibida o restringida por razón de su toxicidad. A pesar de que la adelfa está incluida en esta lista, sea a través de viveros o a través de internet, continua la venta de esta especie para decorar jardines y balcones a pesar del riesgo que supone para todos, pero especialmente para niños y animales domésticos.