La ortiga – asoin – Urtica dioica es una planta perenne con pelos urticantes que alcanza hasta 1-1,5 metros de altura, muy común en España y en Europa. Sus hojas son alargadas y con los bordes ásperamente serrados y sus flores son de color blanco verdoso, pequeñas y dioicas (de ahí su apellido) y cuelgan formando pequeñas panículas que aparecen entre mayo y julio. Es conocida popularmente como «ortiga mayor» u «ortiga verde» y es la variedad más común aunque hay otras especies. Se propaga fácilmente y crece en suelos húmedos y ricos en nutrientes. La ortiga es una planta antiquísima, lleva utilizándose como remedio desde tiempos inmemorables. Se han encontrado restos que datan de la época neolítica. Los antiguos griegos la llamaron «acalyphe» y los latinos «urtica» que significa «quemar», ya que los pelos de la ortiga pican y queman por el inocuo veneno que desprende la planta al entrar en contacto con la piel.

La ortiga es comestible y muy nutritiva gracias a sus altos niveles de fibra; provitaminas A y C; vitaminas del grupo B, E y K al igual que hierro, calcio, sílice, cloro, cobre, zinc, magnesio, azufre, potasio, manganeso, níquel, entre otras sales minerales. Muchos platos populares incluyen a la ortiga como ingrediente estrella; ha sido utilizada como verdura en ensalada, pero también cocida, frita y estofada. Se cosechan sobre todo los brotes y hojas tiernas, que aparecen en primavera y son más delicados y gustosos que las hojas grandes, más ásperas y fibrosas. Con un primer hervor, escaldándolas, o bien lavándolas bien a chorro con agua fría pierden su poder urticante. Las hojas frescas pueden tomarse también licuadas en zumos, batidos y licores – su jugo nutritivo aparece en mayor cantidad y calidad durante la primavera cuando las ortigas están más frescas y tiernas. Utizada en polvo como condimento natural aporta un agradable sabor a sopas y platos.

Con fines medicinales se cosechan las hojas y las raíces. Las hojas contienen flavonoides (quercetol, kenferol), mucílagos, ácidos orgánicos (cafeico, clorogénico, fórmico, málico) y sales minerales; los pelos urticantes contienen histamina, serotonina, acetilcolina y ácido fórmico; las raíces, por su parte, fitoesteroles, lignanos, lectina y polifenoles, entre otros principios activos.
Su uso más antiguamente conocido es la aplicación externa sobre la piel como revulsivo, de manera que la picazón aliviase el dolor en problemas reumáticos y lumbalgias. La ortiga posee efecto astringente, hemostático y vasoconstrictor, y aplicada en lavados, friegas o baños se indica para frenar hemorragias, y curar heridas superficiales, llagas, úlceras dérmicas y eccemas secos. Se puede usar la infusión de ortiga en lavados, baños parciales y colutorios, o en gargarismos para las encías sangrantes. Es también considerada antialergénica y ayuda en el tratamiento del asma, los picores de piel y las picaduras de Insectos. Tanto los herboristas occidentales como los chinos la utilizan para combatir el eccema de los niños y otros tipos de trastornos cutáneos, es especialmente beneficioso para el eccema nervioso. A su vez se le atribuye un efecto preventivo ante la caída del cabello, por lo que se utiliza en fórmulas anticaída para fortalecerlo.
Las infusiones y decocciones de ortiga se han venido utilizando desde tiempos inmemoriales como reconstituyente en casos de sistema inmune deficiente, agotamiento y fatiga. Gracias a su riqueza en hierro se considera un buen reconstituyente para tratar la anemia y la debilidad, e ingerida tiene también un ligero efecto hipoglucemiante e hipotensor.
Destacar de la ortiga su uso como planta diurética y depurativa, contribuye de forma eficaz a eliminar no sólo líquidos del organismo sino también, toxinas e impurezas por lo que se suele utilizar como coadyuvante natural en tratamientos de gota, afecciones urinarias y respiratorias. Ayuda a combatir la retención de líquidos y los edemas por insuficiencia de retorno venoso.
La ortiga es además un buen estimulante del aparato digestivo – favorece los movimientos peristálticos y la función biliar. Por otra parte podemos conseguir los efectos opuestos si hacemos uso de la raíz. La raíz presenta gran cantidad de taninos con propiedades astringentes en caso de diarreas. La decocción de las raíces puede generar irritación gástrica en personas sensibles. Si es tomada por pacientes diabéticos, se debe mantener un control estricto para evitar descompensaciones También resulta de interés para combatir la caída del cabello, la seborrea y la hiperplasia prostática benigna. En el tratamiento de esta última afección hay varios estudios científicos y clínicos que constatan su efecto significativamente positivo .