El bambú puede ser una planta pequeña de menos de un metro de altura con tallos de medio centímetro de diámetro, hasta ejemplares de 25 metros de altura y unos 30 cm de diámetro; lo más común es que lleguen a medir entre uno y diez metros de alto. Existen alrededor de 1,400 especies de bambú, integradas en 115 géneros. A menudo forman vastos bosques, y pueden prosperar en regiones de clima tropical, subtropical y templado. Se concentran sobre todo en el este y sureste de Asia y en las islas de los océanos Índico y Pacífico. El bambú es especialmente famoso por ser el alimento favorito de los osos panda.
Entre las características más extraordinarias de esta exótica caña está su vertiginoso crecimiento – las semillas pueden tardar hasta casi 7 años en germinar, durante todo este tiempo que parece que no ocurre nada se dedica a asentarse sólidamente, a consolidar un férreo sistema de raíces y cuando esta lista su crecimiento es vertiginoso – su tallo puede alcanzar hasta tres metros en tan sólo un mes.

Aunque su uso más conocido pasa por el aprovechamiento de la madera o como elemento decorativo, también se trata de un alimento con importantes propiedades.
Con fines medicinales se emplean los tallos verdes, los brotes y el exudado de bambú. En su composición destaca la presencia de silicio orgánico, hierro, potasio y calcio. Su contenido de silicio orgánico es del 50-70% (unas 10 veces superior al de la cola de caballo). De los nudos del tallo del bambú, se extrae una sustancia que se llama bamboosil, que tiene un alto contenido en sílice, oligoelemento indispensable para el buen funcionamiento de nuestro tejido óseo y nuestra piel. El silicio es importante en el proceso de osificación, en la síntesis de colágeno y tejido óseo.

En la medicina tradicional china ha sido muy empleado como antinflmatorio y analgésico y por su potente efecto remineralizante. El alto aporte en silicio de los extractos de bambú ayuda a mantener la salud osteoarticular (procesos artrósicos, osteoporosis, menopausia), su alto contenido en potasio ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso y regula la presión arterial. Según algunos estudios, tiene capacidad antiinflamatoria similar a los AINES, sin el efecto secundario digestivos de los antiinflamatorios clásicos
Los brotes tiernos del bambú son comestibles. El bambú como alimento no presenta un aporte energético demasiado destacable, más bien al contrario, se trata de un producto recomendable para personas que realizan dietas , tiene muy pocas calorías y poco contenido graso – puede utilizarse para acompañar guisos, ensaladas y frituras. Su aporte en fibra ayuda a regular el tránsito intestinal y combate el estreñimiento. Contiene fitoesteroles (flavona, amilosa y la clorofila) que ayudan a controlar el colesterol, y además gracias a su alto contenido en vitamina C puede ser de ayuda en la prevención y en la mejora de resfriados y gripes.