La digitalis, usos medicinales.

La dedalera o chupamieles , Kukuprakak (Digitalis purpurea) es una planta bianual o perenne, que alcanza hasta 170 cm de altura. El tallo es cilíndrico con el interior hueco y cubierto por una pilosidad aterciopelada. Las hojas basales se disponen formando una roseta basal, son pecioladas, lanceoladas, de hasta 40 cm de longitud y también pelosas; el haz es más oscuro que el envés. Las flores que florecen de abril a agosto son especiamente llamativas por su color púrpura, con manchas blancas rodeando a otras marrón oscuro.en el interior. Se sitúan colgantes en inflorescencias de tipo racimo y aparecen en grandes agrupaciones en claros de bosques y caminos. El fruto es una cápsula que se abre longitudinalmente para liberar numerosas semillas. Su nombre deriva del latín medieval digitalis «dedalera» porque las flores imitan la forma del dedal que usaban las mujeres cuando cosían.

La droga vegetal según la Farmacopea Europea, consiste en la hoja seca de Digitalis purpurea L., con un contenido mínimo del 0,3% de heterósidos cardenólidos, expresados como digoxina, respecto a la droga seca. También encontramos flavonoides y saponósidos.

Las hojas son cardíacas, diuréticas, estimulantes y tónicas. Los  glucósidos cardiotónicos aumentan la contractibilidad cardíaca y disminuye la excitabilidad, conductividad y ritmo. Está indicada específicamente en la insuficiencia cardíaca bajo estricta observación médica. La acción diurética está favorecida por los flavonoides.

La digital es una planta muy tóxica, con escaso margen terapéutico, pudiéndose producir con facilidad exageración o inversión de los efectos deseados. Ha sido una planta con cierto reconocimiento para el crimen – en determinadas condiciones, unas tres hojas, eran suficientes para ser mortales de ahí que estén ampliamente documentados casos de envenenamientos producidos por la planta. Hoy en día se sabe que una cantidad superior a 2 mg de digitoxina, hace que los latidos del corazón vayan a un menor ritmo, al poco tiempo se producen arritmias hasta llegar a un paro cardíaco que en la gran mayoría de los casos acaba llevando a la muerte. Además de su estrecho margen terapéutico, hace años se descubrió que la cantidad de digitalina predente en la planta varía a lo largo del día. Si bien por la tarde se acumulaba una gran cantidad de digitalina en las hojas, por la noche los niveles comenzaban a descender, ya que la propia planta los destruía y así hasta el amanecer cuando los niveles de digitalina eran mínimos o inexistentes. Incluso la existencia de unas mayores cantidades de horas de sol o el tipo de terreno en el que se encontraba la planta, podían incrementar o hacer descender el contenido e incluso si las hojas eran jóvenes o viejas, la cantidad era muy diferente. Se dice que las hojas han de ser recolectadas para ser efectivas en plantas de dos años en el momento en el que el racimo tiene dos tercios de las flores abiertas. Debido a la dificultad de calcular correctamente la cantidad de sustancia activa que había en cada momento; poco a poco, la comunidad médica y botánica, fue rechazando su uso directo para los problemas antes descritos.

La droga vegetal actualmente está en desuso debido a la poca reproducibilidad del contenido por estas notables diferencias en cuanto a composición y actividad de la droga, dependiendo de la planta utilizada. Las farmacopeas han adoptado el uso de los digitálicos semisintéticos, con la ventaja de tener un efecto más predecible, facilitando su dosificación y reduciendo la posibilidad de efectos indeseables. Se recomienda prescribir los heterósidos semisintéticos estandarizados (digoxina, digitoxina, acetildigitoxina, metildigoxina o lanatósido C. 

 Debe tenerse en cuenta el tratamiento con otros cardiotónicos, Las intoxicaciones pueden producirse por ingestión de dosis excesivas, por variaciones en la absorción, por la disminución de potasio consiguiente a la administración de laxantes antraquinónicos o diuréticos eliminadores de potasio, por hiperpotasemia o por un hipertiroidismo. Por ello es necesario conocer el estado  renal, hepático, tiroideo y electrolítico del paciente, antes de prescribir digitálicos.

La digoxina es de eliminación renal, mientras que la digitoxina se elimina por vía hepática (por ello habrá que ajustar especialmente las dosis en pacientes con insuficiencia renal o hepática): si la eliminación se enlentece, aparecen síntomas tóxicos por acumulación: gastroenteritis, cefalea, somnolencia, dolores en las extremidades, erupciones dérmicas, eosinofilia, ginecomastia, confusión, afasia, delirio. 

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