La prímula. Propiedades medicinales.

La prímula, primavera o hierba de San Pedro – ostorika – (Primula veris L.) es una planta perenne vivaz, de aproximadamente unos 30 cm, que se fija al suelo mediante un rizoma corto y extiende numerosas raicillas carnosas y secundarias. Las hojas son gruesas y espatuladas, irregularmente dentadas y se disponen formando rosetas basales. Las flores son amarillas, ligeramente aromáticas, en umbelas unilaterales colgantes con el cáliz inflado.

Se le conoce como «flor de la llave» por su similitud con un manojo de llaves, y también como » flor de San Pedro», en alusión a quien porta las llaves del cielo. También es conocida como «primavera» porque con su aparición anuncia la llegada inminente de esta estación. Como indica su nombre popular en inglés – Fairycups (copas de hadas) tradicionalmente ha sido una planta utilizada por sus supuestas virtudes mágicas y porque se dice que atrae a las hadas (al igual que la digital). Asociada a la curación y a la juventud, también se dice que, si no se desea compañía, unas flores de primavera colocadas a la entrada de la casa disuaden a los visitantes.

Crece en claros y orlas forestales algo húmedas, junto a hepáticas y fresas silvestres. Se trata de una especie protegida en gran parte de Europa, por muy bonitas que resulten, no se deben arrancar.

Tanto la Agencia Europea del Medicamento (EMA) como ESCOP aceptan su uso tradicional como expectorante en caso de tos asociada a resfriados. La raíz y el rizoma contienen derivados salicílicos, heterósidos fenólicos (primaverósido y primulaverósido) con acción mucolítica y expectorante; produce un incremento de la secreción bronquial, fluidifica las mucosidades y reduce su viscosidad, mientras que las flores destacan por sus flavonoides y saponósidos triterpénicos.  El rizoma, al irse secando, adquiere un aroma y sabor anisados muy notables.

Tradicionalmente las infusiones y decocciones de prímula se han empleado para tratar resfriados, gripes, bronquitis, ataques de asma, sinusitis y alergias respiratorias por sus propiedades balsámicas, mucolíticas y febrífugas. También se ha utilizado para aliviar rinitis, conjuntivitis, cefaleas, así como diurética.

Combinada con otras plantas depurativas ayuda a eliminar granos, eccemas y otras afecciones de la piel. En uso externo se emplea para reducir la inflamación y rebajar el dolor en golpes, contusiones, inflamaciones artríticas y neuralgias, se puede preparar un linimento con rizoma de primavera, romero, hipérico y árnica, a partes iguales.

Localmente, la planta fresca, puede producir dermatitis de contacto. En dosis altas (sobredosificación) puede originar molestias gástricas y vértigo. No se ha establecido la seguridad de su uso en niños, embarazadas y lactantes.

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