La correhuela mayor, ezkilluntza, ezquerrte-zuri (Calystegia sepium) es una hierba trepadora que pertenece a la familia de las Convolvulaceae, una familia muy grande que engloba unos 60 géneros y más de 1650 especies distintas de hierbas. Son variedades trepadoras que se enrollan alrededor de otras plantas, con hojas caducas en forma de corazón o de punta de lanza y flores pedunculadas en forma de embudo de color claro (blanco, azul o rosa).
El nombre de ”correhuelas” o ”corregüelas» agrupa diversas plantas pertenecientes a tres géneros de la familia Convolvulaceae: Ipomea, Calystegia y Convulvus. La hiedra azul o correhuela menor (Convolvulus arvensis), la gloria de la mañana, manto de María o campanilla morada (Ipomoea purpurea) y la correhuela mayor (Calystegia sepium) se encuentran entre las especies más conocidas.

Las Convolvulaceae se caracterizan por sus tallos lechosos, sus flores coloridas con forma de embudo y de 5 pétalos, y los vástagos (brotes en la base de la planta) enrollados. De esta última característica surge el nombre científico de la familia (convolver = enrollar).
La flor de la correhuela mayor depende de la subespecie. Las más comunes (y las que se suelen encontrar en el oeste de Europa) son blancas; pero las variedades asiáticas y de Norteamérica también poseen flores rosáceas. A diferencia de la correhuela común, esta variedad es ligeramente más grande. Tanto los tallos como las hojas y flores suelen ser más grandes. La correhuela florece en verano, de junio a octubre. Sus vistosas flores y el efecto estético de sus hojas y tallos la convierte en una planta muy ornamental. A pesar de sus virtudes estéticas, la correhuela es considerada por muchos jardineros como una mala hierba. Crece en zonas herbosas a las orillas de ríos, cunetas, márgenes de cultivos, escombreras, en zonas generalmente nitrificadas y húmedas. Se desarrolla muy rápido y puede convertirse en invasora.

Las correhuelas del género Calystegia han sido consideradas eficaces plantas medicinales por sus propiedades diuréticas y laxantes. La parte utilizada es el rizoma. La planta se recoge y se debe secar sin excesos de temperatura, para después almacenar adecuadamente en contenedores herméticos. En su composición encontramos entre otros glucósidos, taninos y mucílagos. Tradicionalmente a la correhuela se le han atribuido propiedades laxantes y diuréticas, y se han utilizado en medicina popular las tisanas de hojas y raíces para mejorar la digestión en casos de congestión, estreñimiento, enfermedad hepática y leucorreas. Se debe tener mucha precaución al usar esta planta ya que las dosis no controladas pueden provocar efectos adversos tales como vómito, diarrea y con ello deshidratación. A parte de en infusión se comercializa la resina y en polvo; no debe utilizarse nunca sin supervisión médica.
Localmente las hojas de correhuela machacadas pueden aplicarse sobre forúnculos para que hagan eclosión más rápido. Popularmente se le atribuyen además propiedades mágicas – se dice que si se aplican sus hojas sobre una herida y posteriormente se dejan sobre un lugar húmedo, la cura de la herida es prácticamente inmediata. Una infusión de sus hojas mezclada con vino origina un licor que se considera un potente filtro amoroso.