El brezo, es un arbusto perenne de mediano tamaño que se mantiene verde durante todo el año, sin importar la estación. Sus hojas son de tamaño pequeño, de color verde mate y sus flores, de forma acampanada, pueden ser de color rosa, rojo, moradas, amarillas o blancas dependiendo de la variedad y florecen desde junio hasta diciembre. En general florece a finales de otoño y durante todo el invierno, pero si lo mantenemos en zonas frescas puede llegar a florecer durante casi todas las épocas del año.

Está presente en matorrales que forman comunidades de sucesión de hayedos, pinares y robledales en sustratos neutros o calizos descarbonatados soleados. Hay más de 800 variedades de brezo y casi todas vienen de Sudáfrica, aunque es posible encontrarla en gran parte de Europa. Lo encontramos sobre todo en el norte de la Península Ibérica, Francia y el suroeste de Inglaterra y sobre todo en Irlanda.
Erica es un género de fanerógamas de la familia Ericaceae; los comúnmente conocidos como brezos. El género estrechamente relacionado Calluna se confunde en ocasiones con las especies de Erica; se diferencia por tener las hojas más pequeñas, menos de 2-3 mm de longitud, y presentar una corola más dividida en pétalos diferenciados.
El brezo fue una planta muy utilizada por los antiguos celtas en sus rituales mágicos para atraer fortuna y ahuyentar los malos espíritus, fabricaban escobas de brezo, para «barrer las malas energías”. Las variedades blancas de la brecina son consideradas como mágicas en Escocia. Se considera que esta planta da buena suerte a las parejas, suelen incluirse ramitas de brecina en los ramos de boda.
Los brezos además de su función formadora de suelos en los terrenos áridos en los que normalmente se desarrolla, sirven como alimento del ganado y de los animales salvajes, sujetando el terreno después de un fuego, por su resistencia a él y su capacidad de rebrote.

Diferentes culturas han hecho uso tradicionalmente indistintamente tanto de las diferentes especies de brezo como de la brecina por sus propiedades diuréticas, depurativas, antisépticas, astringentes, antidiarreicas, cicatrizantes, antitusígenas y tranquilizantes.
En fitoterapia se emplean las sumidades floridas de dos especies concretas – Calluna vulgaris o Erica cinerea (según las zonas ambas especies se denominan indiferentemente brezo o brecina); se utilizan sus flores, recolectadas cuando empiezan a abrirse. Tradicionalmente han sido utilizadas en infusión para aumentar la diuresis y aliviar los síntomas asociados a las molestias urinarias menores y como antidiarreicos.
Contienen taninos y abundantes proantocianidinas y flavonoides con acción antiinflamatoria que actúa especialmente sobre las paredes de la vejiga y, por lo tanto, sobre las molestias urinarias. La Erica cinerea no contiene arbutósido y la Calluna vulgaris sólo en pequeñas cantidades.
La erica se ha empleado principalmente como un antiséptico y diurético natural en casos de cistitis, inflamación de la vejiga, cálculos renales, así como en casos de agrandamiento de la próstata, para aliviar algunos trastornos gastrointestinales e inclusive calmar el dolor producido por cólicos. El brezo se puede preparar en forma de decocción, infusiones, macerando sus flores en alcohol y en cataplasmas calientes con las hojas y flores.
La Erica cinerea no ha sido evaluada por la Comisión E y la Calluna vulgaris no ha sido aprobada.
El brezo es una planta melífera – no quería terminar sin mencionar la miel de brezo, de tonalidad oscura algo rojiza, consistencia espesa y de sabor menos dulce, quizás algo más fuerte y que cuenta con numerosos beneficios para la salud; entre sus propiedades destaca como desinfectante, diurética, es rica en minerales y ayuda en los problemas digestivos y cardíacos. En uso externo se utiliza para curar heridas y eccemas y en enjuagues para aliviar las encías inflamadas.