Con el otoño en su máximo esplendor ahora más que nunca nos apetecen perfumes de invierno, densos y profundos. Es el momento de buscar fragancias cálidas que nos envuelvan y abriguen en los días lluviosos y fríos. En mi estantería se imponen los amaderados y especiados, es el momento de las maderas, de las resinas, de los ahumados, de las especias, notas que a los enamorados de los perfumes pesados e intensos, como es una servidora nos encantan; siempre ando buscando fragancias con acordes de miel, vainilla, ciruela, canela, haba tonka y como no jengibre. Se acerca la Navidad y siento que ya quiere oler a pan de jengibre, a galletas de jengibre, a canela y vainilla.
El jengibre (Zingiber officinale ) es una planta medicinal de rizoma carnoso utilizada desde antiguo procedente de Asia Central y el Sudeste Asiático; muy empleada en medicina tradicional desde hace más de 2.000 años y que fue incorporándose poco a poco a la gastronomía de la región en primer lugar y de muchas otras partes del mundo con el tiempo. Por destilación al vapor de agua de los rizomas lavados, pelados y secados se obtiene su aceite esencial. Los principales componentes de su aceite esencial son los sesquiterpenos como el curcumeno y el alfafarneseno. Su aroma característico se debe a la mezcla de isómeros cis y trans del betaeudesmol y a los alcoholes sesquiterpénicos betasesquifelandrol y zingiberol. El olor a limón es debido al neral y el geranial. Fue precisamente su aroma el motivo por el cual llegó a Europa durante el comercio de especias en la época de la Antigua Roma allá por el año 750 a. C.
Desde la Edad Media este curioso rizoma oriental ha sido considerado un poderoso afrodisíaco que ha creado muchas leyendas; se dice que el rey francés Luis XV perfumaba regularmente los lugares de encuentro con su amada (Madame du Barry) con el aroma tónico y limonado del jengibre y que ella sucumbió a sus encantos gracias al aroma mágico del rizoma oriental.
El aceite esencial extraído de los rizomas del jengibre es una materia prima de lujo en perfumería. A menudo se ha utilizado como nota de corazón por la intensidad y la durabilidad de su aroma y suele asociarse con la familia de las especias y maderas masculinas, pero también con las hespérides. El aroma del jengibre es refrescante con un toque de limón y su sabor es muy especiado, algo picante y con un toque ligeramente dulzón.

Después de siglos de saturación por las especias,los aromas intensos y picantes perdieron presencia a principios del siglo pasado para obtener composiciones más frescas y ligeras como las aguas de colonia. La creación de «Shalimar» de Guerlain en 1925 ( uno de mis must have he de confesar) supuso un punto de inflexión que actualizó los perfumes orientales, haciendo que muchas otras fragancias volvieran a apostar de nuevo por las especias y recuperar el gusto por estos aromas cálidos y sensuales como el del jengibre y el cardamomo conocidos desde hace miles de años.
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