Usos medicinales del cerezo.

El cerezo japonés, cerezo del Japón, cerezo de flor (Prunus serrulata Lindl) es un árbol caducifolio que pertenece a la familia de las rosáceas y es originario de China, Corea y Japón. El cerezo japonés o Prunus serrulataKanzan” pertenece al género ‘Prunus’ y dispone de centenares de variedades diferentes y es muy utilizado como árbol ornamental por el espectacular atractivo de sus flores.

Es un árbol de tronco grisáceo y estrecho, que destaca especialmente por sus flores de color blanco o rosado que aparecen a principios de abril y generan un manto que contrasta de forma espectacular con las ramas y hojas oscuras del árbol. Las hojas tienen forma ovoide, acaban en punta y el margen es aserrado, miden unos 8 cm y se reparten de forma alterna por la ramas. Las flores son pequeñas y delicadas, tienen cinco pétalos, y su color puede variar desde el blanco puro hasta el rosa más intenso, pasando por tonos púrpuras y rosados más pálidos.

Las flores del cerezo son motivo de admiración en la cultura japonesa, transformando la floración en todo un evento social para compartir con amistades y familiares – Sakura significa indistintamente “árbol de cerezo” o “flor de cerezo” en japonés, y la propia palabra destaca su belleza  ‘Saku’, significa  “florecer” o “sonreír”, y ‘ra’ que sería la terminación del plural. Para los japoneses la flor de cerezo es la flor representativa del periodo de primavera, tiempo de renovación y recordatorio de que todo es pasajero y transitorio en la vida. Para los guerreros samuráis la flor del cerezo tenía un valor sagrado, representaba las gotas de sangre derramadas en cada una de sus batallas, así como también, el sacrificio de su vida y lo efímero de la misma.  El “hanami”, fiesta tradicional del país nipón, gira alrededor de la flor del cerezo, está dedicada a la observación de las flores de este árbol en primavera. Durante esta celebración, los comerciantes venden múltiples productos elaborados con flores de cerezo.

Los cerezos florecen entre marzo y abril, justo durante la primavera. Sus hojas y sus flores son comestibles y forman parte de muchos platos de la gastronomía oriental. A nivel medicinal se han utilizado desde hace miles de años; en este caso nos referimos sobre todo al cerezo común Prunus avium L. El cerezo se cría silvestre además de ser muy cultivado por lo sabroso de sus frutos, existiendo muchas variedades. Se ha utilizado tradicionalmente como coadyuvante en el tratamiento de las infecciones urinarias, hiperuricemia, gota, hipertensión arterial, edemas (Droga no evaluada por la Comisión E.).

 La medicina popular utiliza los pedúnculos (los rabillos) de los frutos que tienen un gran poder diurético debido a su contenido en flavonoides sales minerales ricas en potasio y taninos; se recogen y secan con calor moderado para evitar alteraciones de color y se preparan en tisana. Destacan por sus  propiedades depurativas y diuréticas, también se han utilizado como tónico y astringente en casos de diarreas. También presenta derivados salicílicos que le confieren propiedades febrífugas, analgésicas y antirreumáticas.

.Muy utilizada también popularmente la infusión de la flor del cerezo, se dice que también posee propiedades diuréticas, alivia los síntomas del síndrome premenstrual y tiene propiedades cardiotónicas, La flor del cerezo también posee propiedades excepcionales para la piel; hervida, puede emplearse para el tratamiento de heridas por su capacidad cicatrizante, aplicada en el rostro, ayuda a combatir granos y espinillas. Algunas marcas prestigiosas de cosméticos, incluyen en sus catálogos líneas de productos elaborados con flor del cerezo, como un ingrediente exclusivo de primera categoría.

Antiguamente se empleaban las semillas de cerezo, hasta que el creciente número de intoxicaciones llevó a pensar que podían ser tóxicas. Hoy sabemos que contienen ácido cianhídrico. La resina del árbol, diluida con vinagre, se utilizó para curar erupciones cutáneas gracias a sus propiedades bactericidas. Las abejas se aprovechan de esta resina utilizándola como cemento para taponar las fisuras de los panales.

Si nos referimos al fruto, en general, se puede decir que son muy ricas en azúcar invertido y que contienen pequeñas cantidades de ácido salicílico, materias tánicas, pectinas, sales potásicas y un colorante rojo llamado queracianina. Existen infinidad de variedades de cereza, por lo que la composición cambia de unas a otras, pero en general, las cerezas son una gran fuente de  antioxidantes que ayudan a proteger las células del daño oxidativo que causan los radicales libres; son beneficiosas para la salud renal y cardíaca, contribuyen a regular los líquidos del cuerpo, a la vez que favorece la función de los riñones y disminuye el riesgo de hipertensión arterial.

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