Morus sp. es un género de entre 10 y 16 especies de árboles caducifolios nativos de regiones cálidas y templadas de Asia, África y Norteamérica, siendo la mayoría nativas de Asia. Son árboles de rápido crecimiento cuando son jóvenes, no suelen exceder los 15 m de altura. Las hojas son alternas, simples, a veces lobuladas y con el margen aserrado. La inflorescencia de esta planta es un racimo con diminutas flores femeninas y masculinas de color blanco.

El género Morus fue domesticado hace miles de años, y constantemente se le realizan mejoras genéticas para aumentar el rendimiento y producir más y mejores bayas. Los tres tipos de plantas del género Morus más conocidos son la mora blanca o mora de la morera (Morus alba), la mora roja (Morus rubra) y, la más común, la mora negra (Morus nigra).

Las moras y las zarzamoras muchas veces se confunden y son entendidas como sinónimos para referirse a la misma fruta; sin embargo pertenecen a distintas familias – las moras son la fruta de los árboles llamados moreras o morales (Morus sp., familia Moraceae), mientras que las zarzamoras nacen de plantas espinosas conocidas como zarzas (Rubus sp., fam Rosaceae).

El fruto de la morera es comestibles y de sabor dulce y ligeramente ácido, muy utilizado en la elaboración de postres, jaleas y mermeladas. Es múltiple y mide entre 2-3 cm de largo. Las moras se forman por la agregación de glóbulos pequeños, blandos, carnosos y de sabor agridulce.  Las moras blancas comienzan con un color verde blancuzco y pasan a blancas con bordes rosados cuando están maduras, mientras que las moras negras comienzan con un color rojo y maduras son púrpuras oscuras – negras. El fruto maduro tiene cantidades significativas de resveratrol e inmadura y partes verdes de la planta tienen una saponina tóxica y ligeramente alucinógena.

Como curiosidad mencionar que las hojas de morera, particularmente las de la blanca, son económicamente importantes pues son la única fuente de alimentación del gusano de seda, cuyo capullo de pupa se usa para hacer la seda. Actualmente se utiliza para este fin sobre todo el Morus alba, por tener un tipo de hojas más apropiado para la reproducción de estos gusanos.

Medicinalmente hablamos sobre todo de la especie Morus nigra – morera negra o moral negro procedente del sudoeste de Asia. La mora negra se llevó a Gran Bretaña en el s. XVII con la esperanza de usarla en el cultivo del gusano de seda y fue muy usada en medicina popular, especialmente para tratar la tiña. Tradicionalmente se ha utilizado la infusión de hojas y la decocción de raíces (pueden resultar irritante de las mucosas digestivas), por su contenido en taninos y en ácidos orgánicos, lo que le otorga propiedades astringentes usadas como hipoglucemiantes, antidiarreicos, cicatrizantes para tratar heridas, ulceraciones dérmicas y analgésicos. También pueden utilizarse para preparar enjuagues bucales con los que se hacen gárgaras para tratar infecciones de la garganta.  Sobre todo se han empleado los frutos y su jugo por su contenido en antocianósidos, glúcidos, ácidos orgánicos, asparagina como laxante suave para aliviar el estreñimiento y eliminar parásitos intestinales, así como en caso de varices, hemorroides, flebitis y fragilidad capilar.

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