La fumaria capreolata, comúnmente llamada fumaria blanca o palomilla, es una planta herbácea anual nativa de Europa meridional, trepadora o difusa, con hojas plurilobuladas, de segmentos lanceolados, alternas. Las flores se reúnen en inflorescencias de tipo racimo, de alrededor de 20 flores blancas y con el ápice purpúreo, raramente blanca toda ella que florecen de febrero a agosto.
Crece en suelos alterados, removidos, en muros, setos y cultivos, desde el nivel del mar a los 1000 m de altitud. Aparece en la Región Mediterránea y el sudoeste de Europa, estando en la Península dispersa en zonas de clima no muy extremo.
, Su nombre científico Fumaria viene de «Fumus»; humo y hace referencia al color de las raíces y al olor que recuerdan un poco al humo. Plinio el Viejo ya en la antigua Roma la describe aludiendo a que su jugo provoca cierta irritación en los ojos, como el humo.

Se diferencia de otras especies del género en que inicialmente las flores son blancas y el pedicelo fructífero es recurvado. De todas las plantas que conforman el género Fumaria, Fumaria officinalis es la especie próxima y medicinalmente más empleada, presenta flores de menor tamaño y color rosado y los segmentos de las hojas son más estrechos. De esta última se utlizan las sumidades floridas desecadas por su contenido en alcaloides isoquinoleínicos (0,3-1,3%) entre los que destaca la protopina (fumarina) que le otorgan propiedades como regulador biliar, diuréticas y depurativas y un efecto antiespasmódico moderado sobre el tracto digestivo alto. La econtraremos en extracto secos y fluidos y en infusiones, ESCOP aprueba su uso para molestias de tipo digestivo como nauseas, vómitos, flatulencia o sensación de plenitud, ocasionadas por alteraciones hepatobiliares.
