Flor de Pascua. Toxicidad

La conocida flor de Pascua, flor de Navidad o poinsetia /poinsettia emblema indiscutible de nuestras casas durante las fiestas navideñas – el nombre científico de la poinsetia es Euphorbia pulcherrima y se trata de un arbusto perenne que puede ser de diferentes colores, a pesar de que su presentación más común es la roja. La parte roja de la planta son brácteas, un tipo especial de hoja que protege las flores y atrae insectos polinizadores. Esta curiosa protagonista navideña es de origen mejicano y fue popularizada por el primer embajador de Estados Unidos en Méjico – Joel Roberts Poinsett médico apasionado de la botánica que visitó la zona de Taxco en 1828, quedó maravillado por las brillantes flores rojas que vio allí e inmediatamente envió algunas de las plantas a sus viveros de Carolina del Sur, donde comenzó a propagar esta planta y enviarlas tanto a sus amigos como algunos jardines botánicos. Más tarde llegaría a Europa con el nombre de Euphorbia pulcherrima, que significa literalmente “la más bella Euphorbia”. Se cuenta que los sacerdotes mexicanos utilizaban estas flores para practicar ritos y para usos medicinales y que posteriormente con la llegada de los españoles, los monjes franciscanos la utilizaron para adornar los altares y la rebautizaron como flor de Nochebuena, por florecer durante las festividades navideñas.

La toxicidad de la flor de Pascua se debe de al líquido lechoso irritante que circula por los tallos y membranas, entre sus principios activos encontramos ésteres de forbol y triterpenos – no está incluida en la lista de plantas cuya venta al publico queda prohibida o restringida por razón de su toxicidad (según ORDEN SCO/190/2004, de 28 de enero donde encontramos dicho listado), pero si es reconocida como planta tóxica en varios listados.

A pesar de su mala fama la intoxicación con esta planta no acostumbra a ser grave, pero no por ello se debe menospreciar, es mejor evitar tener poinsetias al alcance de nuestros niños y mascotas, especialmente las más jóvenes. Si nuestra mascota ingieriera la planta puede sufrir vómitos, diarreas, hipersalivación (gatos), si sólo tiene contacto externo – secreción ocular, conjuntivitis, enrojecimiento y llagas en la piel. Ante la sospecha de intoxicación por flor de Pascua, es importante contactar inmediatamente con un veterinario – con un tratamiento adecuado y precoz, los animales tienen una buena recuperación sin complicaciones. Hay que prestar especial atención en el caso de animales jóvenes y si han ingerido grandes cantidades de la planta, porque en las intoxicaciones graves los animales pueden llegar a sufrir cuadros nerviosos que pueden provocar temblores, delirios e incluso coma.

Los antiguos aztecas extraían un tinte púrpura para el uso de productos textiles y cosméticos de sus brácteas. Y de su látex de color blanco lechoso un preparado para el tratamiento de las fiebres. Tradicionalmente se menciona su uso popular para aumentar o promover la secreción de leche materna – en el siglo XVI Francisco Hernández de Toledo relata que «las hojas aumentan la leche a las nodrizas, aun a las ancianas, sea que las coman crudas o cocidas, o que laman el látex que mana de ellas». La Sociedad Farmacéutica de México la menciona como depilatoria, emenagoga, galactógena y resolutiva. Tradicionalmente el látex se aplicaba directamente para tratar infecciones cutáneas y heridas, para las inflamaciones, se empleaban las hojas calientes y para aliviar los golpes, se hervían las flores y con ellas se envuelve la zona dañada. En algunas afecciones respiratorias se usaba la infusión de la flor, combinada con bugambilia y gordolobo.

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