La margarita. Propiedades medicinales.

Esta pequeña compañera habitual de nuestros paseos y parques creo que no necesita presentación. Simbolo de nuestra infancia, de pureza e inocencia, la margarita, también conocida como chiribita, margarita menor, margarita de los prados, pascueta, bellis y vellorita. Su nombre científico es Bellis perennis y pertenece a la familia de las Compuestas. Es de origen europeo, más concretamente de las zonas centro y norte de Europa aunque hoy en día está extendida por todas partes, muy utilizada a efectos decorativos mezclada con el césped, por sus colores y su resistencia a la siega. Es una planta herbácea bianual, de 10 a 20 centímetros de altura,sus hojas crecen en una apretada roseta en su base y son oblongo-espatuladas y de color verde más o menos intenso. La flor de la margarita a pesar de su simpleza, es una de las más bellas. Con su disco amarillo y sus pétalos blancos o ligeramente rosados, las margaritas evocan al propio Sol; el nombre que tienen en castellano, «Margarita», es una variación latina de Margareth, que se deriva de un nombre persa cuyo significado pueda interpretarse como «la hija de la luz». Su nombre en inglés daisy viene del » day’s eye», haciendo alusión a que la Bellis perennis cierra sus lígulas blancas por las noches y cuando llueve o hace frío y abre sus pétalos al amanecer buscando el Sol, al que siempre dirige su mirada como los girasoles. Florecen durante gran parte del año, casi desde finales del invierno, hasta bien entrado el verano.

Las margaritas simbolizan la infancia, la pureza y la inocencia, también suelen estar asociadas a la fertilidad y femineidad en tradiciones cristianas y otras religiones. Están cargadas de energía positiva y auguran nuevos comienzos o etapas. Ingredientes frecuentes de hechizos mágicos para atraer el amor y la lujuria.

Desde hace siglos además de por su belleza se utilizan sus flores y hojas en infusiones y cataplasmas. Ha sido enpleada como sudorífica para bajar la fiebre en infusón e incluso aplicada en cataplasmas sobre la frente y como expectorante, ayudando a acortar el periodo de convalescencia en gripes y resfriados. También popularmente utilizada como depurativa, diurética y laxante en casos de gota, reumatismo y edemas. Externamente se ha usado como cicatrizante o vulneraria ayudando a curar heridas, forúnculos y ulceraciones dérmicas. Las tropas romanas la consideraban un gran remedio cicatrizante y los cruzados preparaban un ungüento con ella que incluso se pensaba era capaz de sanar huesos rotos.

En sus hojas, pero sobre todo en las flores encontramos saponinas, taninos, ácidos orgánicos, sales minerales, inulina y aceite esencial.

Al igual que el diente de león o la acedera, las hojas combinan muy bien crudas en ensaladas.

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