
El invierno es una quietud fría, mañanas de niebla, tardes grises.
El invierno es recogimiento, es espera, es humedad.
La Tierra se siente más auténtica que nunca.
Los árboles se desnudan, las ramas nos muestran sus secretos.
Escarcha, silencio, humedad, piñas, coníferas.
Cojines de musgo en los que sentar la mirada.
El invierno, con su días cortos invita a cobijarse, a la introspección, a ordenarnos por dentro.
La luz va aumentando poco a poco cada día, pero todo sigue aún adormecido.
Esperamos florecer, esperamos despertar.
La Tierra descansa, coge fuerzas, se recarga y nosotros con ella.
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