Nos acercamos a febrero y se aproxima una fecha importante en el antíguo calendario celta, quizás no tan conocida, pero con un gran significado sobre todo para la mujer. La festividad del Imbolc que suele celebrarse entre el 1 y el 2 de febrero. Para los antiguos pueblos celtas Imbolc era un momento de exaltación de la fertilidad y la feminidad. Se asocia con la llegada del periodo gestacional de las ovejas que pronto darán a luz en primavera. Imbolc en gaélico significa “en el ombligo” (i mbolg), refiriéndose a la gestación de las ovejas. Otro nombre es Oimelc, que significa “leche de ovejas”; significa asimismo Brígida y se refiere a la diosa celta Brigit en cuyo honor el día es sagrado. Es una fiesta que a mi modo de ver, simboliza la importancia de las mujeres en el mundo celta. Las sacerdotisas de Brigid conservaban sus ritos lejos de los hombres, quizá porque era una celebración de las mujeres jóvenes y la maternidad.

No es casualidad que la iglesia católica ubique en esta fecha la fiesta de La Candelaria. Como pasa con muchas otras festividades cristianas que no hicieron sino cristianizar antiguos ritos paganos. Ya os hable del Samhain celta que se escondía detrás de la víspera de Todos los Santos o Halloween. En este caso, como la festividad celta de mitad del invierno estaba asociada a una diosa, lo mejor fue cristianizarla e incorporar así el ritual al calendario eclesiastico; y es por esto que el día dos de febrero se celebra la candelaria, la fiesta de la luz, la presentación de Jesús en el templo.

Dejando atrás el solsticio de invierno y la oscuridad, el ambiente en esta época si siente distinto. La Tierra descansada parece que comienza a despertar, aparecen los primeros brotes. Imbolc es una festividad para la renovación aprovechando la luz que junto con los días cada vez mas largos empieza a despertar en nosotros.

Esta noche esta relacionada con iniciar nuevos proyectos, con la naturaleza y el inicio de todo movimiento en ella. La gente aprovecha para hacer rituales, pero a mi hay una tradición que me gusta mucho para aprovechar esta sensación de energías renovadas que enpezamos a percibir que consiste en meter unas semillas en una bolsita y bendecirlas o plantarlas en representación de nuestros objetivos.

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