La vara de oro, vara de San José, hierba de los judíos, hierba pagana o solidago (Solidago canadensis) es una planta vivaz, de la familia de las Compuestas, de entre 10 y 80 cm de alto, con el tallo erecto y poco ramificado. Las hojas son de forma oval-lanceolada, agudas y dentadas. Los capítulos florales, de un intenso color amarillo dorado, se disponen en racimos densos que bien podrían parecer ramas de oro macizo, de ahí que comúnmente se le apode «vara de oro».

Las sumidades floridas de la vara de oro destacan por su contenido en flavonoides (hiperósido, rutósido, isoquercitrósido, astragalósido, kempferol-3-O-rutinósido), saponósidos, ácidos cafeico y clorogénico, cumarinas y taninos.
Se utiliza principalmente como planta depurativa, diurética suave y como antiséptico urinario. No solo estimula la emisión de orina, sino que mejora la función renal en general. Contribuye a reducir los niveles de ácido úrico en sangre y favorecen la eliminación de piedras en el riñón. Se recomienda en casos de edemas, cálculos renales, gota, niveles altos de ácido úrico y para aliviar infecciones en vías urinarias leves. Se incorpora en preparados para ayudar a la pérdida de peso y el tratamiento de la obesidad. Se usa también como astringente y antidiarreica. En España ha sido tradicionalmente muy empleada para atajar diarreas infantiles veraniegas o asociadas a la dentición, preparada en infusión o jarabe.
La ESCOP aprueba el uso de la sumidad florida de vara de oro europea como «terapia de lavado» en inflamaciones del tracto urinario, así como en el tratamiento y la profilaxis de cálculos urinario. Se emplea la droga triturada para infusiones y otras preparaciones galénicas para administración oral.
No se recomienda el uso concomitante con diuréticos de síntesis, ni en casos de hipertensión o insuficiencia cardiaca para evitar descompensaciones tensionales. Por la falta de experiencia disponible no se recomienda tampoco su uso en embarazadas, durante la lactancia, ni en niños menores de 12 años.
A nivel externo, la planta machacada a modo de cataplasmas o compresas empapadas en la decocción se aplican directamente sobre heridas, úlceras cutáneas, eccemas, forúnculos, granos y hongos. En enjuague, se emplea para aliviar las llagas bucales o aftas.
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