Los pensamientos, flores de la trinidad o trinitarias son flores perteneciéntes a la familia de las violetas, muy empleadas por su belleza a nivel ornamental. Su origen se remonta al siglo XIX cuando jardineros aficionados de Europa del norte cruzaron distintas especies de violetas con la flor del pensamiento salvaje, la viola tricolor.
El pensamiento salvaje (Viola tricolor) es una planta anual de hábito trepador, de tallos erguidos y glabros y con hojas de peciolos cortos y forma alargada y ovada, podría decirse que algo acorazonada. Las flores nacen de una en una en las axilas de las hojas superiores y presentan un color amarillo manchado de violeta. Presentan cuatro pétalos hacia arriba y uno hacia abajo y toda ella es bastante simétrica. Aunque tienda a compararse a la violeta con la viola tricolor o pensamiento salvaje, ambas se distinguen claramente. Las violetas son únicamente de un color, mientras que el pensamiento silvestre o salvaje tiene los pétalos teñidos en tres tonos diferentes, blanco, amarillo y morado; de ahí recibe su nombre científico de viola tricolor. Encontraremos el pensamiento salvaje en montañas, linderos del campo, en vertederos e incluso en jardines junto a sus muchas versiones ornamentales.
Los pensamientos simbolizan la inocencia y la modestia haciendo alusión a su pequeña corola que parece dudar en salir de su cofre de hojas. Su floración depende del clima, en las montañas se da en verano, mientras que en tierras bajas las flores abren a finales del invierno y comienzos de la primavera como es el caso de las que aquí os acerco. Con sus alegres tonalidades mantienen viva la esperanza en nuestros jardines y parques durante esta época tan fría del año, transmitiéndonos el mensaje de que el invierno tiene los días contados y pronto llegará la primavera.

Con fines medicinales se recolecta el pensamiento salvaje, la planta entera con la raíz y se pone a secar lo antes posible. En fitoterapia la droga vegetal la constituyen las sumidades floridas desecadas de Viola tricolor L. o Viola arvensis Murray, con un contenido mínimo de un 1,5% de flavonoides totales, expresados como violantina, respecto a la droga seca. En las flores del pensamiento se ha descrito la presencia de diversos tipos de flavonoides como la rutina o la violantina, taninos, mucílagos, vitamina E, calcio, magnesio, carotenoides y ácido salicílico. Todos estos componentes le proporcionan una acción demulcente y antiinflamatoria de uso externo, Es una gran aliada para las enfermedades de la piel, tales como acné, eccemas o psoriasis. Los taninos ayudan a reducir la producción de sebo y su contenido en ácidos grasos insaturados y vitaminas sobre todo la E actúan como antioxidantes. Los mucílagos ayudan a lograr una acción demulcente y calmante. Las flores secas en infusión tomadas vía oral como depurativo y además aplicadas a modo de lavados y lociones se han utilizado para tratar todo tipo de afecciones dermatológicas: erupciones, prurito, herpes, impétigo, eccemas, costra láctea, dermatitis, psoriasis y acné entre otras. Se incluye en preparados cosméticos para aliviar la sequedad y mejorar estrías y arrugas. En medicina popular se ha utilizado también la flor del pensamiento como febrífugo y antitusígeno para tratar afecciones respiratorias, como coadyuvante en caso de reumatismo y gota, así como diurético y depurativo en inflamaciones urinarias, retención de líquidos o estreñimiento. Es ligeramente laxante y favorece la eliminación renal y hepática de toxinas.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) y ESCOP aprueban su uso tradicional en infusión y extracto fluido para el tratamiento de afecciones cutáneas seborreicas leves, problemas urinarios y como expectorante.
En general el pensamiento es una planta que no da problemas de intoxicación, pero en algunas personas especialmente susceptibles puede provocar reacciones alérgicas tras un uso prolongado. La viola tricolor no está recomendada en mujeres gestantes, lactantes ni en niños. Tampoco se recomienda su consumo en personas con una afección dermatológica extensa o con heridas abiertas. Aunque no se han descrito efectos secundarios, la viola tricolor puede interactuar con fármacos antihipertensivos.