La ortiga roja ( Lamiun purpureum) no es que sea medicinalmente una planta muy conocida ni utilizada, pero mi intención era presentárosla pues casi es imposible dar un paseo y no tropezarse con esta bonita planta. Como todas las Lamium vulgarmente son conocidas como ortigas, esta no iba ser menos y se le conoce como la ortiga roja. Ya os he contado anteriormente que el nombre específico Lamiun significa «boca abierta» y en este caso el epíteto purpureum procede del latín y significa «púrpura» aludiendo al color de sus flores.
La ortiga roja, ortiga muerta o lamio purpúrea es una maloliente herbácea anual de 10-40 cm. Sus tallos son erectos o ascendentes y sus hojas son generalemente más anchas que largas, pecioladas, con la base del limbo cordada y el margen dentado. Las flores son rosadas y se agrupan en una inflorescencia densa de aspecto piramidal. Su período de floración es excepcionalmente largo, es posible incluso que durante el mismo verano puedan florecer dos generaciones sucesivas. Pueden florecer incluso en la mitad del invierno si el clima no es demasiado frío. A menudo esta planta es considerada una maleza, crece en jardines, terrenos baldíos, junto a paredes viejas, bordes de aceras e incluso basureros.

En medicina tradicional se ha empleado como otras de su mismo género como astringente, diaforética, diurética y purgante. Antiguamente se preparaban decocciones con las raíces que se consumían en ayunas y que empapando compresas en ellas se utilizaban para cortar y controlar hemorragias. Las hojas frescas magulladas se aplicaban directamente a modo de emplastos para ayudar a curar pequeños cortes y heridas. Las hojas tiernas se consumían crudas en ensaladas y cocidas como verdura. No hay grandes referencias respecto a su empleo medicinal, pero estoy segura que nuestros antepasados le darían algún uso más. Algunos estudios científicos hablan de su posible empleo como antimflamatorio y antialergico, pero tendremos que esperar un poco mas.
