El lentisco también conocido como lentisco macho, lentisco verdadero o almácigo (Pistacia lentiscus L.) es un arbusto de aproximadamente un metro de altura, pero que en ocasiones puede crecer hasta convertirse en un pequeño árbol de hasta 3-4 m, muy ramificado desde la base, con follaje muy denso y perenne. Reconoceremos el lentisco por la característica forma de las hojas divididas en 4 o 5 pares de foliolos estrechos, coriáceas y de color verde oscuro » siempre verdes» todo el año. Las flores son pequeñas, amarillentas o rojizas, sin pétalos y agrupadas en racimos densos que florecen de marzo a mayo. El fruto del lentisco, que también nos ayudará bastante a reconocerlo, es una pequeña baya carnosa del tamaño de un guisante, rojiza al principio y casi negra cuando madura para otoño.
El lentisco es un arbusto originario de las Islas Griegas, pero muy extendido por toda la región mediterránea. En la Península Ibérica es muy abundante en la vertiente mediterránea y en la cornisa cantábrica. En el llamado anillo verde que rodea mi ciudad he tenido la oportunidad de encontrarme con el ejemplar que os acerco aquí en la foto. Crece en terrenos secos, entre matorrales soleados, junto a especies como algarrobos y encinas.

El gran Dioscórides ya nos hablaba del lentisco y nos contaba que ayudaba a tratar el mal aliento y apretar las encías relajadas. Al incidir superficialmente sobre los tallos del lentisco se extrae una resina aromática, la almáciga o mástique, un látex viscoso de color verde amarillento, muy aromático, rica en pineno, ácido mastíctico y masticina. Al masticar esta resina se forma una cera con acción antinflamatoria y antiséptica que se adhiere a los dientes. Ayuda a perfumar el aliento por lo que se utiliza en casos de piorrea, y también en gingivitis y parodontosis. Los tallos y las hojas son menos ricos en estos principios activos, pero mas ricos en taninos y se han utilizado en decocciones a modo de enjuagues bucales y gargarismos para aliviar encías inflamadas, frenar el sangrado, rebajar la inflamación y evitar que pierdan consistencia. Esa misma decocción se emplea también para facilitar la cicatrización de heridas, cortes y llagas.
Además de externamente aplicado, las infusiones de lentisco se han usado históricamente en las regiones mediterráneas para el tratamiento de la dispepsia (malestar estomacal) y la molestia abdominal. Se comporta como un tónico digestivo y ha sido utilizado para aliviar los dolores de estómago y la pesadez estomacal. Incluso hoy en día los extractos y gomas masticables a base de almáciga se usan para tratar la acidez de estómago y el reflujo esofágico, muchas veces asociado a otras plantas como el regaliz y la manzanilla. Otro uso popular de este arbusto es como aperitivo, para ayudar a abrir el apetito en niños mal comedores y en adultos convalecientes. Las hojas se ponían a remojo durante unas horas y se tomaban como «vermout» una hora antes de las comidas. Por su alto contenido en taninos, las hojas de lentisco resultan eficaces para atajar diarreas. Antiguamente las hojas frescas machacadas y bebidas con vino se usaban también como remedio para mordeduras de serpientes y perros. Se necesitan ensayos adicionales para confirmar la actividad anti-ulcerosa del lentisco y para establecer cualquier beneficio que éste pueda tener en cualquier tratamiento farmacéutico convencional para la úlcera. Sim embargo, la EMA aprueba su uso tradicional indicado en dispepsias funcionales y algunos conocidos laboratorios de aromaterapia cientifica comercializan el aceite esencial de lentisco para el tratamiento de varices, hemorroides externas e internas, úlceras varicosas y úlcera gastroduodenal.
A día de hoy la almáciga del lentisco se emplea industrialmente para elaborar barnices, pastas dentífricas, e incluso goma de mascar. El lentisco se ha integrado en la formulación de numerosos dentífricos y colutorios, así como para la fabricación de empastes dentales. También se utiliza para aromatizar licores y condimentar los alimentos. Em Grecia es muy famoso un licor condimentado con almáciga llamado Mastika o Mastichato. Sus ramas se usaron en el pasado como combustible, así como para la construcción del techado de chozas. Para los griegos, las guirnaldas de lentisco eran un símbolo de la pureza virginal y se adornaban con ellas las doncellas. Hoy en día el lentisco continúa siendo empleaado como complemento de los ramos, coronas de los difuntos y altares.
El lentisco es, en líneas generales, una planta segura, pero por la presencia de principios activos astringentes se desaconseja por vía oral durante el embarazo y el periodo de lactancia. No se recomienda administrar lentisco a niños de corta edad, a los que pudiera ocasionar irritación o diarrea, ni tampoco en personas que sufren de anemia por la capacidad de los taninos de inhibir la absorción del hierro. El látex puede provocar irritación moderada en personas con pieles especialmente sensibles.