Si algo he aprendido es que el universo nos habla, que nada ocurre porque sí, que todo tienen una razón aunque no la entendamos y que es necesario abrirse a la naturaleza y conectar con ella y con nuestro interior. Sólo así aprenderemos a fluir con sus ritmos y a entender sus mensajes.

Necesitamos conectar con nuestra espiritualidad, con todo aquello que no vemos, pero que percibimos para ser capaces de interpretar los mensajes que el Universo nos tiene preparados.

Leyendas y supersticiones han atribuido poderes y propiedades magicas a cada una de las especies animales que nos rodean. Algunos son temidos, otros respetados y otros en cambio, considerados portadores de buena suerte.

Hoy vengo a hablaros del caracol y de que puede significar encontrarnos uno rondando nuestro hogar. Cuando uno de estos moluscos deambula por nuestra casa es señal de que necesitamos un respiro, la naturaleza nos manda un mensaje de que debemos ir con calma y dejar que las cosas fluyan. Encontrar caracoles en casa significa que hay tiempo para todo y que hay que establecer prioridades, dándole prioridad a lo verdaderamente importa en la vida. También puede interpretarse como un buen presagio, una confirmación de que se ha tomado el camino correcto o de que un bebé está en camino.

Espero que la la próxima vez que veais uno en casa lo devolvais a la naturaleza y le agradezcáis el mensaje que os trae.