El trébol rojo (Trifolium pratense), también llamado trébol común, trébol de los prados, trébol de media luna, trébol rosado o melga, se caracteriza por su crecimiento rápido, pues en poco tiempo puede alcanzar entre 20 y 80 centímetros de alto. Es una herbácea perenne perteneciente a la familia de las leguminosas. Sus tallos son erectos y ascendentes, sus hojas son trifoliadas y de color verde pálido con una mancha blanca característica en su haz. Sus flores, de unos 15 mm, están formadas por pétalos de color rosa violáceo que forman cabezas ovaladas y compactas que se abren desde primavera hasta bien entrado el otoño. En cuanto al fruto, es una legumbre de forma ovoide que contiene una única semilla con forma de corazón y de pequeño tamaño.

Su nombre científico Trifolium hace referencia a las hojas compuestas por grupos de tres y pratense a que se encuentra en los prados.
El trébol rojo es originario de Europa, pero se ha naturalizado por muchísimas regiones, es una planta fácil de ver en nuestro entorno en parques y jardines, bordes de aceras y caminos, cunetas y carreteras. Ya os he contado toda la potente simbología que envuelve a los tréboles al hablaros del trébol blanco, ahora os hablare de las propiedades medicinales de este trébol rojo que además de compartir con el anterior todas las propiedades descritas es un gran aliado para la salud femenina.
Dioscórides, médico griego contemporáneo de Nerón ya nos mencionaba el trébol rojo refiriéndose a él como “trébol de liebre” o de “trébol de semilla áspera” y nos hablaba del empleo de la planta fresca y sus flores como cicatrizante, antiespasmódico y expectorante. Para los antiguos partidarios de la teoría de las signaturas, las manchas blanquecinas de las hojas del trébol podrían indicar que ayudaba a resolver las llamas nubes o motas blancas que obscurecen la vista y recomendaban su jugo mezclado con miel para tratar las cataratas. Hoy en día sabemos que esto no sirve de mucho, por no decir de nada. Más tarde Paracelso recogía en sus escritos que las fumigaciones con trébol rojo calmaban los ataques de asma. Tradicionalmente sus hojas y flores se preparaban en decocciones para aliviar afecciones respiratorias (tos, ronquera) y digestivas (diarreas, gastritis e inapetencia) así como externamente en baños y compresas para irritaciones e inflamaciones de la piel. En su composición encontramos taninos, glúcidos, ácidos orgánicos y pigmentos.
Hoy en día el trébol rojo es una planta muy relacionada con la salud femenina, sobre todo a nivel hormonal. El trébol rojo además de contener vitaminas y sales minerales es fuente de isoflavonas, compuestos vegetales que tienen un fuerte poder antioxidante y que actúan de forma similar a los estrógenos. Las isoflavonas también se encuentran en otras plantas medicinales indicadas para la menopausia como, por ejemplo, la soja. Durante el climaterio se reduce el nivel de estrógenos en el organismo lo que conlleva una serie de importantes cambios e incomodos síntomas. El trébol rojo se considera un complemento nutricional ideal para prevenir y aliviar los síntomas de la menopausia. La sumidad florida desecada de Trifolium pratense contiene alrededor de un 2% de isoflavonas de acción estrogénica débil capaces de unirse a los receptores estrogénicos.
A los compuestos presentes en el trébol rojo se atribuye acción antioxidante, antiinflamatoria, poder hipolipemiante (ayuda a regular el nivel de colesterol en sangre reduciendo el riesgo de arteriosclerosis y otros problemas del sistema circulatorio) y favorece la salud ósea estimulando la mineralización de los huesos.
Las cápsulas de trébol rojo representan la forma más práctica, eficaz y segura de tomar esta planta medicinal, también existen infusiones de trébol rojo que se pueden preparar con la sumidad florida de la planta, pero, a diferencia de las pastillas y cápsulas, de esta manera es más difícil calcular un porcentaje preciso de principios activos.
No se debe administrar conjuntamente con terapia hormonal sustitutiva, debido a que las isoflavonas presentes en el trébol rojo interactúan con los receptores estrogénicos. Tampoco se recomienda el uso de preparados de isoflavonas durante el embarazo. Siempre se debe emplear solo bajo control facultativo en pacientes sometidos a terapia anticoagulante ya que, por su contenido en cumarinas, el trébol rojo puede alterar la agregación plaquetaria con un incremento teórico del riesgo de sangrado en pacientes tratados con anticoagulantes y antiagregantes.
En su uso externo el trébol es astringente y cicatrizante, siendo de gran ayuda para curar eccemas en la piel y para cerrar heridas de difícil curación y un remedio eficaz para la inflamación de los ojos y para aliviar los síntomas de la conjuntivitis.
[EXTRACTO DEL LIBRO : Herbario Medicinal Urbano]