El enebro (Juniperus communis) es un arbusto  perenne que pertenece a la familia de las Cupresáceas. Sus hojas son aciculares, cortas y punzantes, de color verde gris en el envés. La floración se produce en primavera, presentando pequeñas flores de color amarillo. A partir del tercer año, da frutos durante el otoño en forma de pequeñas bolitas, primero verdes y luego de color azul negruzco al madurar, las llamadas “enebrinas”, de sabor dulce y resinoso, que son las que centran todo su interés medicinal, aunque a muchos el enebro sobre todo os sonará porque por destilación de sus frutos se obtiene la conocida ginebra.

Tradicionalmente, las enebrinas en infusión, ha sido un remedio muy empleado para el lavado de las vías urinarias y como ayuda para el tratamiento de afecciones urinarias. También localmente a modo de friegas para calmar dolores musculares y reumatismos.

El enebro se ha empleado durante siglos como un gran escudo de protección frente a las fuerzas del mal y las enfermedades en distintas tradiciones. Se colgaba en las puertas para alejar las fuerzas malignas y se quemaba como incienso para purificar el ambiente y limpiarlo de energías negativas y enfermedades. En Navidad se quemaban ramitas de enebro la noche de Nochebuena, el día de San Silvestre y durante la Epifanía, y se guardaban sus cenizas y carbones durante todo el año para utilizarlo en hechizos y sanaciones. Antiguamente sus bayas se quemaban en los entierros y se utilizaban en exorcismos para ahuyentar a los malos espíritus.

Se dice que llevar una ramita o unas bayas de enebro encima sirve de amuleto protector contra las desgracias y el ataque de animales salvajes, que aumenta el atractivo sexual y potencia los poderes psíquicos y la intuición. Las bayas del enebro tardan entre 2 y 3 años en madurar por completo, y por ello simbolizan la paciencia necesaria para alcanzar el éxito, nos recuerdan que las cosas buenas siempre llevan su tiempo. También podemos ensartarlas en un cordel y llevarlas anudadas al cuello como os muestro en esta foto o meterlas en una bolsita y llevarlas en el bolsillo.