Como recojo en mi libro “Tradición silvestre” a menudo nos fascinamos por ritos de tierras lejanas y menospreciamos los nuestros propios. A mi me gusta cuidar y conservar nuestras tradiciones y entre ellas no falta en estos días en muchos hogares el belén.
Se cuenta que la primera representación conocida del nacimiento de Jesús data de un fresco del siglo III realizado por los primeros cristianos hallado en las catacumbas de época romana. Y es que fue en el año 320, cuando se adoptó oficialmente el 25 de diciembre como la fecha oficial del nacimiento de Cristo, justo el mismo día en que los romanos celebraban la festividad del Sol Invictus para conmemorar el solsticio de invierno.
Entre los años 432 y 440, el papa Sixto III trasladó a Roma, desde Tierra Santa, algunos los fragmentos de la «santa cuna», y los dispuso en una pequeña capilla habilitada a tal efecto en la iglesia de Santa María en el Pesebre y comenzaron a celebrarse representaciones que recreaban el nacimiento de Cristo.
A partir del siglo VIII empezaron a ser representados el nacimiento y la resurrección de Jesús en escenas costumbristas en las plazas públicas de la ciudad a modo de representaciones teatrales populares. Pronto de estas representaciones teatrales con personas reales se pasaría a la realización de las figuras con diferentes materiales con las que se decoraban las iglesias en las celebraciones navideñas.
La tradición católica sitúa el primer belén en el siglo XIII, obra de San Francisco de Asís, también se menciona a san Cayetano de Thiene, que en 1534 ideó un pesebre con figuras de madera pintadas que iban cubiertas con ropajes de la época y cuya cabeza estaba hecha de terracota, cartón piedra o madera.
Durante el Barroco esta tradición se popularizaría enormente y fueron muy afamados en todo el mundo los belenes napolitanos. Sería Carlos III ,que había sido Rey de Nápoles y su esposa María Amalia quienes lo traerían a nuestro país y así llega hasta nuestros días.
La tradición helenística en España es digna de admiración, cada pequeño belén parece contar una historia única. Seguro que en vuestras casas no falta, en la mía tampoco aunque yo siempre soy más de “misterio” y este me acompaña desde hace ya varios años.

Espero que os haya gustado.
Un abrazo silvestre y felices fiestas.