La prímula
En los dormidos prados que comienzan a despertar veréis por estas fechas aparecer unas alegres flores de tonos amarillos con forma de manojo de llaves, esas son las bellas “prímulas” (Primula veris).
Hay quien las llama también “primaveras”, por ser de las primeras flores en
florecer con la llegada de la primavera, y “hierbas llaveras” en alusión a su forma; las leyendas cuentan que las prímulas florecieron en el lugar donde a San Pedro se le cayeron las llaves del reino de los cielos que llevaba amarradas al cinturón mientras dormía.

Antiguamente se decía que quien no quisiera recibir visitas indeseadas debía colgar un ramillete de prímulas en su puerta, pero yo sólo os animo a que las contempléis pues la prímula es una especie protegida en muchos lugares de Europa.
Se dice también que son de las flores predilectas de las hadas y que éstas suelen ser muy protectoras con ellas para salvaguardar el inicio de la nueva estación, así que mejor no tocarlas para no enfadarlas.
Medicinalmente, gracias a su contenido en saponinas, la raíz de la prímula es un excelente remedio expectorante y mucolítico, si os fijáis, la veréis incorporada en numerosos preparadosfitoterápicos de venta en farmacias y herbolarios.

Fragmento del libro «Tradición silvestre» Editorial Larousse